Xenoinjertos
En Sanhigia contamos con sustituto óseo de origen animal, concretamente bovino, fabricado en su totalidad con hueso esponjoso y sin incluir porciones de cortical.
En el caso del xenoinjerto, el hueso procede de animales compatibles. Suelen actuar como matriz para la formación de hueso y ser sustituidos progresivamente por el hueso del paciente.
Gracias a la tecnología de pulverizado, la estructura formada es microporosa, facilitando así el crecimiento de los vaos sanguíneos necesarios en el interior del injerto. El procesamiento se realiza a baja temperatura, para lograr una topografía superficial óptima, muy similar al hueso humano.
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Soluciones para Xenoinjertos
El xenoinjerto en odontología es un tipo de injerto óseo que se utiliza para la regeneración de tejido óseo en el paciente. Se obtiene a partir de la matriz ósea de otras especies animales, como por ejemplo, la vaca.
El xenoinjerto se utiliza en procedimientos de cirugía oral y maxilofacial para la reconstrucción de defectos óseos, tanto en la zona maxilar como en la mandibular. También se utiliza en tratamientos de implantología dental para la regeneración del hueso alrededor del implante.
Entre las ventajas del uso de xenoinjerto en odontología, destacan:
- Disponibilidad: El xenoinjerto es más fácil de obtener y más económico que otros tipos de injertos óseos, como los injertos autólogos (propios del paciente) o los injertos aloplásticos (sintéticos).
- Biocompatibilidad: Aunque es un material de origen animal, el xenoinjerto tiene una buena compatibilidad con el organismo humano, lo que minimiza las reacciones inmunológicas adversas.
- Capacidad osteoconductora: El xenoinjerto es capaz de servir como andamio para que las células del hueso del paciente se adhieran y proliferen, permitiendo así su regeneración.
- Efectividad: Los resultados obtenidos con el uso de xenoinjerto en odontología son satisfactorios y suelen tener una tasa de éxito elevada.
En la clínica dental, el xenoinjerto se utiliza en procedimientos como la elevación de seno maxilar, la regeneración ósea guiada y la colocación de implantes dentales. Su uso puede reducir el tiempo y la complejidad de los procedimientos, además de mejorar la calidad y la cantidad de tejido óseo regenerado.
